Nos asignaron otra habitación no la que correspondia, el estacionamiento a tres cuadras, muy gentil la recepcionista nos acompañó a él, otro día pedimos las llaves para guardar el vehículo, nos pasaron unas equivocadas, vuelta a repetir todo.
Mucho olor a comida en el recinto y los vidrios sucios, con heces de gaviotas, lo que afeaba una maravillosa vista. Comida muy rica y de muy buen sabor.
Deben habilitar el ascensor o lo que sea, subir tres pisos para adultos mayores debe ser muy dificultoso.