Estado bastante lamentable de las instalaciones en general. Cortina deprimente en el baño con moho. Mal olor. Ruido infame de aires acondicionados ajenos. Nunca nos limpiaron la habitación en 5 días q estuvimos. Mantas en la cama con aspecto muy dudoso y cochambroso. Almohadas finísimas e incómodas, al igual que el colchón. Cocina completamente vacía, con solo un microondas y un refri, decentes los dos, eso sí. Problema de hormigas en el baño.
Dejamos unas toallas secándose afuera y en 5 minutos se las llevaron las personas del hotel. Cuando mi amiga fue a reclamar hicieron como que no sabían. Cuando yo volví a reclamar y les expliqué en mejor inglés, ahora si nos las devolvieron.
Para estacionarnos en un espacio horrible nos cobraron $40 por noche! La puerta de atrás daba directamente al estacionamiento pero la persona de recepción no me avisó de esto, así q durante varios dias rodeé toda la cuadra para ir cuando había acceso directo. Ella solo me dio la dirección, pero no ese importante detalle, por suerte nosotros lo descubrimos al ver gente q salía por esa puerta trasera con un código q ni nos habían dado.
Lo positivo del hotel es q está en pleno meollo de Waikīkī, muy cerca de la playa y todo funciona en el. Café disponible a las 7 am, lavadoras en el lugar, de moneda.