Este hotel está en medio de todo! La recepción hay que subir por un pequeño elevador al tercer piso, está muy lindo el hotel, lleno de cuadros y salas, te sientes en una casa antigua hermosa, la habitación como si estuvieras en una hacienda, tiene frigobar, el desayuno está bien, con variedad de panes, cereales, huevo, y jamones y quesos, el café está rico, la recepcionista es muy amable y explica en un mapa las opciones para visitar